Antoine de Tounens y la fundación del Reino de Araucanía y la Patagonia

A mediados del siglo XIX, en un momento de grandes luchas por la independencia, un hombre de la campiña francesa inscribiría su nombre en la historia de América del Sur. Antoine de Tounens, un abogado de Perigord impulsado por una fe inquebrantable en la justicia y la libertad de los pueblos, creó un reino donde reinaba la opresión: el Reino de la Araucanía y la Patagonia.

Un destino fuera de lo común: de la Dordoña a las llanuras de la Patagonia

Nacido en 1825 en Chourgnac, Dordoña, Antoine de Tounens creció en una Francia que cambia rápidamente. Un espíritu libre, un abogado ilustrado, pronto soñó con grandes diseños. En 1858, impulsado por un ideal humanista y la voluntad de actuar, cruzó el océano hacia América del Sur. Su objetivo era defender la causa de los mapuches, un pueblo indígena de la Araucanía y la Patagonia, que participaba en una feroz lucha por la independencia.

1860: El surgimiento de un reino libre

Antoine de Tounens se reunió con los jefes mapuches y se ganó su confianza. Conocido por su sabiduría, respeto por las costumbres y visión de un estado justo, muchos de ellos lo proclamaron rey. Bajo el nombre de Orélie-Antoine I, fundó oficialmente el Reino de Araucanía y la Patagonia en 1860.

Se redactó una constitución, se establecieron instituciones: un acto soberano, una fuente de esperanza para los pueblos indígenas, acababa de convertirse en historia. Con este reconocimiento, el sueño de Antoine de Tounens se hizo realidad.

Antoine de Tounens entouré des Lonkos Mapuches

Un reino efímero, un legado eterno

Aunque fue capturado por las autoridades chilenas en 1862 y exiliado a Francia, el rey nunca se rindió. Realizó varias expediciones para recuperar la posesión de su trono e hizo oír la voz del reino en los salones diplomáticos europeos. Hasta su muerte en 1878, permaneció fiel a su juramento como rey y a la defensa del pueblo mapuche.

Un reino siempre vivo

Incluso hoy en día, el Reino de la Araucanía y la Patagonia continúa. El actual gobernante, el príncipe Antonio V, encarna la continuidad de un compromiso basado en la justicia, la dignidad de los pueblos y el reconocimiento de las culturas indígenas.

Junto a la Corona, la Orden de la Estrella del Sur, una organización no gubernamental, perpetúa el trabajo de Orélie-Antoine I defendiendo los derechos del pueblo mapuche y trabajando para preservar su patrimonio cultural.

La obra de Antoine de Tounens, mucho más que un sueño romántico, fue un acto político y humanitario de notable importancia. El Reino que fundó sigue existiendo, no como un remanente del pasado, sino como un símbolo vivo de justicia, solidaridad y respeto por los pueblos olvidos.